Este ensayo de
José Martí es un ensayo complejo. Su contexto histórico es un resumen del desarrollo
iberoamericano hasta finales del siglo XIX, a la vez que transciende
su época.
Hoy nos parece todavía actual en el contexto
iberoamericano. “Nuestra
América” dialoga con las diversas posiciones ideológicas que
dominaron en el siglo XIX y anticipa muchas de las preocupaciones
del siglo XX.
Martí toma conciencia de la realidad iberoamericana y
de la necesidad de contar con toda la población: “nuestra
América, [...] ha de salvarse con sus indios”.
“Nuestra América” es un
ensayo de difícil lectura y con gran riqueza en su vocabulario, pero
la dificultad no reside tanto en las palabras que usa Martí, como en
los recursos metafóricos que emplea
Los tres primeros párrafos del
ensayo son en este sentido modelos de una nueva prosa artística. Las
mismas metáforas se recrean en niveles abstractos, haciendo posible
que se apliquen a una multiplicidad de situaciones.
Por ejemplo, la
siguiente frase de Martí puede tener un referente preciso: “Los
que, al amparo de una tradición criminal, cercenaron, con el sable
tinto en la sangre de sus mismas venas, la tierra del hermano
vencido, del hermano castigado más allá de sus culpas, si no quieren
que les llame el pueblo ladrones, devuélvanle sus tierras al hermano”.
Martí nos habla del mundo iberoamericano como de una familia; los
distintos países como hermanos. Podríamos decir que Martí se refiere
aquí a la guerra de 1879 entre Chile por una parte y Perú y Bolivia
por la otra. En esta guerra Bolivia perdió su salida al Pacífico.
El
lector, sin embargo, puede aplicar esta situación a otros muchos
países y momentos anteriores y posteriores a la fecha de publicación
del ensayo (la
Bolivia
actual, por ejemplo, ocupa apenas la mitad de la
extensión que tuvo en el momento de su independencia, y que fue
perdiendo a lo largo de su historia).
La siguiente frase nos
presenta otro caso similar: “¡los árboles se han de poner en fila,
para que no pase el gigante de las siete leguas!” En el contexto
de 1891, nos parece sencillo identificar los “árboles” con los
países iberoamericanos y el “gigante” con Estados Unidos.
En el
contexto de principios del siglo XXI, una identificación más precisa
serían las fuerzas “imperialistas” de las multinacionales. Esta es
precisamente la riqueza de contextos que aporta el lenguaje
metafórico.
“Nuestra América” posee
también un contexto político. Recordemos que Martí luchaba por la
libertad de Cuba. Buscaba para su causa el apoyo de los demás países
iberoamericanos y de los intelectuales de su época. Como intelectual
y escritor, su arma fue con frecuencia la palabra escrita.
El
adjetivo “nuestra” busca unir a todos los países iberoamericanos en
un destino común. Cuba, nos quiere decir Martí, es también parte de
Nuestra América.
Otra dimensión del título anticipa la
confrontación con Estados Unidos, en el sentido de que la palabra
“nuestra” enfrenta a las dos Américas: la nuestra y la que no es
nuestra (la América anglosajona). Las reflexiones, en forma de
interrogantes, que siguen son únicamente una muestra de las muchas
que se podrían formular de los múltiples temas implícitos en este
ensayo.
http://www.ensayistas.org/
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